Se apagó la vida de Waldemar Santos Oliveira a los 84 años. Arquero que marcó una época por su estilo propio para marcar goles. Futbolista, técnico, dirigente, siempre destacado. Debutó bajo los tres palos con 15 años, dirigió a Gustavo Alfaro, jugó en la selección chaqueña y dejó su huella en cada institución donde pasó.
Don Mulita se adelantó, y el VAR lo dejó pasar, a los 84 años. Nacido un 2 de agosto de 1936, en el barrio Ensanche Sur de la ciudad de Presidencia Roque Saenz Peña. Fue el primer arquero goleador de penales, antes que ese supuesto José Luis Chilavert. Aseguró que arquero se nace, que ahí no se improvisa aunque de sorpresa le tocó llegar al puesto a los 15 años en nada más y nada menos que el Club Atlético Sarmiento de Resistencia. Waldemar contaba entre risas, porque era un anecdótico mezclador de historias con bromas, que intentó ser delantero y volante central.
Su casa es un museo de fotos y recuerdos que muestran partes de lo que supo ser: como jugador estuvo en el Decano, Independiente Tirol, Chaco For Ever, en el fútbol de primera con Vélez Sársfield y Colón de Santa Fe, en Paraguay con Guaraní, y por último en Estudiantes de Resistencia, cumpliéndole el sueño a su hijo y por compartir los colores de su querido Independiente; como técnico al frente de Chaco For Ever, Estudiantes, Resistencia Central, Central Norte Argentino, Villa Alvear, Sarmiento, y del equipo de Contadores Libres en el torneo que organiza el Comité Olímpico Interprofesional (COI); su etapa como dirigente fue de 38 años en el Centro Deportivo Don Bosco (presidente, vicepresidente, secretario general), vicepresidente de la Asociación de Basquet de Resistencia, primer presidente y fundador de la Federación Chaqueña de Box, y fundador de la Federación Chaqueña de Handball.
Formó parte del exitoso cuerpo técnico de Roberto Puppo en el ‘albinegro’ en los torneos regionales y nacionales. Se destacó en Villa Alvear donde lo dirigió a Gustavo Alfaro en el Regional de 1986 y donde ascendió a primera de Liga Chaqueña en el 2000.